En la noche entre el 11 y el 12 de agosto recién pasada, ha dejado este mundo Emilo Gabba, profesor emérito de Historia de Roma en la universidad de Pavía, académico de los Lincei, además y sobre todo uno de los mayores historiadores italianos del siglo XX. Había nacido en 1927 y había estudiado en Pavia con Plinio Fraccaro, de quién fue el más joven y el más aventajado de sus discípulos. Fraccaro lo había iniciado en el estudio del ultimo siglo de la república romana, que Gabba deseaba leer como la historia del ascenso de los notables y de los grupos medios itálicos, sobre todo a través del formidable vehículo de promoción social y de responsabilización política que fue el ejército. En el intertanto, en la Universidad de Pisa, Gabba inauguró una segunda fase de sus investigaciones gracias al impulso recibido de la relación con Arnaldo Momigliano: de aquí sus interés por las relaciones entre mundo clásico y mundo judaico y sobre todo entre cultura antigua e historiografía moderna. Gabba vivió en Pisa en los años del poderoso auge de la cultura marxista y de la primacía de los estudios de historia económica también en el ámbito de los estudios de antigüedades; se mantuvo del todo impermeable al marxismo teórico, pero aceptó el desafío en el plano de la incidencia de las estructura económicas y en particular de la esclavitud sobre la sociedad romana, contraponiendo el estricto análisis de las fuentes antiguas a cualquier tipo de dogmatismo.
Vuelto a “su” Pavía, donde habría terminado su carrera académica, Gabba se dedicó con gran escrúpulo a la recolección de sus escritos menores por temas de investigación; en la imposibilidad de mencionarlos todos, parece oportuno recordar al menos el volumen sobre la Italia romana: aquí el leyó el proceso de romanización de los antiguos pueblos itálicos que confluyeron en la Italia augústea, no como un proceso de colonización cultural violenta y de integración forzada, sino como una razonable petición de participación en la gestión del imperio a cambio de una espontánea voluntad de adecuación a los valores y a las exigencias institucionales y jurídicas de la ciudad dominante. Creo que en esta interpretación suya de la historia de la Italia antigua Gabba ha sido el verdadero heredero de Gaetano De Sanctis: a pesar de la distancia de dos generaciones, ambos habían sido hijos del Risorgimento, animados por una sincera pasión civil por la Italia unificada. Ciertamente De Sanctis era católico, incluso, “papista”, mientras Gabba había sido orgullosamente laico, pero téngase el cuidado de no confundir su laicicidad con el laicismo anticristiano. Gabba nos ha dejado no solo un imponente mole de estudios sobre la Roma antigua, sino sobre todo la lección de que la investigación es sagrada: ha sido,-creo- su itinerarium mentis in Deum.
Giuseppe Zecchini
Traducción propia al español a partir de
http://www.osservatoreromano.va/portal/dt?JSPTabContainer.setSelected=JSPTabContainer/Detail&last=false=&path=/news/cultura/2013/186q13-Un-ricordo-di-Emilio-Gabba.xml&locale=it&utm_source=twitterfeed&utm_medium=twitter
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