“La Roma di Emilio Gabba”
Homenaje al profesor Emilio Gabba (1927 – 2013)
Viernes 15 de noviembre de 2013
Pisa Book Festival
Palazzo dei Congressi
Pisa
Luego de 3 meses del fallecimiento del profesor de historia romana Emilio Gabba y en el marco de las actividades culturales del Pisa Book Festival 2013, se organizó un encuentro en homenaje y recuerdo de su legado.
Los profesores que expusieron fueron Umberto Laffi, Paolo Desideri, Lucio Troiani, Maria Antonietta Giua, Gabriella Bodei y Ettore Cinella.
El encuentro organizado por el profesor Umberto Laffi congregó a una gran cantidad de profesores, académicos e investigadores que de una u otra manera conocieron la herencia cultural así como la calidad humana del profesor Gabba. Ha pasado poco tiempo desde su partida y se sentía todavía en el ambiente una emoción y conmoción que fue transmitida por los participantes con sentidas palabras de admiración.
El común denominador de las ponencias apuntaba a recordar el paso por Pisa de Emilio Gabba (1958-1974) y lo que significó para la Universidad su presencia y su legado.
El profesor Laffi recordó como agradecido discípulo, colega y amigo a Emilio Gabba. Siendo estudiante, recuerda cómo comenzó Gabba sus lecciones en Pisa en 1958 siendo un joven profesor de la cátedra de Storia Greca e Storia Romana. A pesar de su juventud, recuerda Laffi, el curso fue uno de los más difíciles demostrando así su capacidad para crear nuevos intereses y guiar a los estudiantes hacia problemáticas inexploradas hasta entonces. De esta forma se fue forjando la auctoritas científica del joven profesor Gabba.
Una vez terminados sus estudios universitarios, Laffi se convirtió en su asistente. A partir de ese momento nació una amistad que se mantuvo por siempre.
Entre 1964 y 1967 Gabba se desempeñó como presidente de la Facultad de Filosofía y Letras donde debió sortear no pocos obstáculos en los meses previos al año 1968 que marcó una etapa de agitación universitaria en toda Europa. Sin embargo muchos ex estudiantes recuerdan todavía hoy su capacidad para superar las diferencias pacíficamente.
En el plano académico fue Gabba, como presidente de la Facultad, quien hizo todos los esfuerzos para concretar la llegada de Arnaldo Momigliano a la Scuola Normale Superiore, uno de sus logros más importantes.
Durante los años de Gabba en Pisa, la ciudad se convirtió en un polo de atracción para estudiosos italianos y extranjeros. Además de Momigliano, son memorables las estadías de Elias Bickerman y Ronald Syme, figuras míticas de la historia antigua, que tanto Laffi como sus otros colegas tuvieron la posibilidad de conocer directamente.
En cuanto respecta al oficio de historiador, fue en Pisa donde Gabba desarrolló investigaciones que marcaron profundamente el panorama internacional en los estudios del mundo antiguo. Destacan entre ellos los estudios de los historiadores griegos del Imperio Romano desde Augusto a los Severos; los importantes contributi de historia política, social e institucional de la República romana desde los Gracos al Triunvirato. En 1970 publicó el reconocido comentario al Libro V de las Guerras Civiles de Apiano.
Dice Laffi que Gabba creó una escuela en Pisa, porque logró transmitir a sus mejores discípulos el amor por la investigación, la cual otorga refinadas satisfacciones intelectuales, pero requieren esfuerzo, dedicación y la aplicación de rigurosos métodos. Sus seminarios siempre tenían como centro de estudio la lectura de las fuentes, pero no con el objetivo de hacer una simple reconstrucción erudita del pasado sino una historia pensada: pensada a partir de las fuentes.
Recuerda Laffi que el pasado agosto, durante las exequias de Gabba, se rindió homenaje a su recordada memoria entre muchos de sus discípulos y estudiantes que expresaron su gratitud por todo aquello que aprendieron de su doctrina y de su elevada labor ética, como testimonios de una nobleza de alma y de una generosidad que son propios de los grandes hombres.
La profesora Giua recordaba con mucho cariño la cercanía que tenía Gabba con sus estudiantes y su rol de maestro, que combinaba rigor y cercanía. Experiencia que vivió ella misma cuando debió dar un examen de historia romana estando él como examinador.
Sus palabras son muy reveladoras: “Tuve una sintonía con Gabba en ese examen. Se me preguntó sobre las guerras púnicas. Gabba que estaba cansado pues ya había tomado muchos exámenes en una calurosa tarde de Julio, se iluminó al escuchar que mi examen proponía un análisis historiográfico a la luz de Polibio en vez de relatar los acontecimientos cronológicamente. Así lo conocí por primera vez”.
En el plano disciplinario, hubo una concordancia en la importancia que el académico pavese le daba a la Historiografía dentro de la historia. En este sentido dijo Giua: “Para Gabba la historiografía era el instrumento imprescindible de acceso a la historia. Este método lo aprendió durante su estadía en Nápoles, en donde entendió que no sólo se estudian los hechos, también al historiador que está inserto en la historia”.
Según lo anteriormente dicho, dice Giua que Gabba entendía que el conocimiento de la historia arcaica de Roma era esencialmente un problema historiográfico, debido a la interpretación de las fuentes y de quienes las escribieron.
El profesor Paolo Desideri, hizo un interesante recuerdo apelando a las dos grandes pasiones de Gabba: Grecia y Roma. La rigurosa formación pavese lo instruyó muy bien en el griego y fue un tema que jamás abandonó. Esto lo lleva a afirmar que la simpatía de Gabba no estaba sólo con el Imperio, sino también con la polis.
Desde esta perspectiva, dice Desideri que Gabba fue uno de los más importantes historiadores de la conquista romana porque estudió a fondo la historia griega y no podía ser entendida la expansión romana sin la base greco-helenística (rhomaiké archaeología).
La misma perspectiva expuesta por el profesor Desideri comentó la profesora Gabriella Bodei, profesora de Historia Griega del Dipartimento di Scienze Storiche del Mondo Antico. Su aproximación a la historia griega nació gracias a las lecciones seguidas con el profesor Gabba quien, desarrollando un riguroso estudio de las fuentes clásicas encontró su vocación en aquellos seminarios que marcaron a muchos estudiantes. Estos seminarios no sólo eran frecuentados por estudiantes de historia antigua, sino también por estudiantes de filosofía e historia moderna. El testimonio de la profesora Bodei corroboró lo dicho por Desideri, la maestría de Gabba permitió despertar en muchos las distintas líneas investigativas sin importar su fuera historia griega o romana. Ambas cátedras fueron la pasión de Gabba y su genialidad consistió en acercar a los estudiantes al riguroso estudio de las fuentes.
El profesor Troiani, sucesor de Gabba en la cátedra que ocupaba en Pavía, dijo esencialmente que Gabba fue un historiador que amaba experimentar, no se conformaba con lo que ya existía. Su ingenio y modernidad lo llevó a proponer en los años setenta un modelo de estudio interdisciplinario en Italia. Un ejemplo de ello fueron los seminarios en que hizo coincidir a estudiantes de epigrafía, arqueología, cultura fenicia, cultura hebrea, papirología, y otros con el fin de crear nuevas perspectivas durante su estadía en el entonces Istituto de Storia Antica de la Università di Pisa. De esta manera las distintas escuelas colaboraban entre sí para publicar y organizar seminarios en aquellos tiempos cuando los estudios doctorales se realizaban conjuntamente entre Pavía, Perugia y Pisa.
El profesor Cinella, realizó un interesante racconto del recuerdo de Gabba desde fuera de los estudios del mundo antiguo. Ettore Cinella, profesor de Storia Contemporanea de la Universidad de Pisa, ha tenido siempre una afinidad por los estudios de la antigüedad clásica que lo ha llevado a combinar sus lecciones de historia rusa-soviética con la historia griega y romana. Desde esta mirada, Cinella recordó los pocos encuentros que tuvo con Gabba, pero sobre todo, la capacidad que tenía para hacer concordar todas las áreas del saber sin excluir a nadie en las conversaciones. De esta manera recordaba Cinella la dedicación que Gabba tuvo por la historia italiana contemporánea, la historia de Pavía y los acontecimientos que marcaron a Italia antes y después de la Segunda Guerra Mundial.
Destacó además un pequeño libro de Gabba (Storia e letteratura Antica, 2001) donde el autor hace un análisis sintético pero muy preciso de las principales obras históricas y literarias de la Antigüedad que busca acercar y preparar a quienes no tienen mayores conocimientos del mundo antiguo. En este sentido, un historiador con espíritu educativo que publicaba para los eruditos pero también para los aficionados y aprendices.
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